miércoles, 21 de mayo de 2014

¿p?




Diez meses, este es el tiempo que he mantenido el ritmo sinusal. Hace unas semanas he entrado de nuevo en FA y se ha confirmado en varios ECG. Me ha hecho gracia la indicación que grababa en uno de ellos la propia máquina del ECG: ¿p?, indicando que no detectaba  la existencia de una onda p.

Pese a esta desgracia, la “ventaja” que al parecer tengo es que, además de la patología auricular, tengo también otra patología eléctrica en la comunicación entre el nodo auricular y el ventricular, lo que técnicamente se llama “bloqueo AV”. Este bloqueo hace que la señal de aurícula al ventrículo esté enlentecida y no todos los impulsos de la aurícula lleguen al ventrículo. La consecuencia es una bradicardia, es decir un latido más lento de lo normal.

En mi ECG se puede ver que el espacio entre dos latidos es mayor en ciertos momentos, incluso en algunos  ECG de hace unos años se podía observar como aparecía una onda p que no iba acompañada del resto de despolarizaciones-repolarizaciones características de un latido (no aparecían el resto de picos de un latido normal). El espacio entre latidos es por tanto mayor de lo normal.

La parte buena de este bloqueo AV es que el exceso de excitación en la aurícula causado por la FA se ve frenado por el bloqueo AV, por lo que mi ventrículo sigue latiendo a un ritmo “normal”, es decir, se mantiene la bradicardia y no aparecen las taquicardias ventriculares tan características de las FA.

Mi cardiólogo me propone que repitamos la electrocardioversión con la misma estrategia que la última vez: Trangorex tres semanas, cardioversión y mantener el Trangorex durante otras 4- 8 semanas para estabilizar el efecto de la cardioversión.

Es una solución parcial. Está claro que el tiempo que se mantiene el RS es cada vez menor, y que a medida que pasa el tiempo  la probabilidad de éxito de una ablación disminuye. Este aspecto lo comenté con el Dr. Merino, y tanto él como mi cardiólogo coincidían en que, según el manual de tratamiento de la FA, la ablación sólo está considerada cuando existe una sintomatología desarrollada que así lo aconseje, pero mi FA es todavía oligosintomática por lo que no es lo más adecuado  (según ellos, aunque algún otro especialista opinaba lo contrario ver entrada)

Lo que es cierto es que la intensidad de los síntomas aumenta paulatinamente con el tiempo. Inicialmente la FA era totalmente asintomática, yo no supe en los dos primeros años cuando entraba en FA. El año pasado ya notaba síntomas cuando la FA llevaba ya algunos meses instalada, y esta vez detecté claramente cuando entré en FA, la sensación de ahogo y angustia eran muy claros. Es esperable que dicha FA se haga cada vez más sintomática, y entonces la única solución que tenga sea la de aguantarme.

Tengo claro que cuando la sintomatología aconseje la ablación, la probabilidad de éxito será muy baja. En las FA persistentes como la mía,  los impulsos se generan en cualquier parte de la aurícula, con poca contribución de las venas pulmonares. En estos casos la ablación de venas,  acción común en la ablación, no tiene éxito (ver figura de la entrada). La única solución sería destrozar la aurícula, lo que se conoce como el método o cirugía de Mazé, que en definitiva es causar una cantidad tal de cicatrices en la aurícula que todos los impulsos acaban siendo aislados, a costa como digo de causar una destrucción masiva de la aurícula.

Las cardioversiones reiteradas tienen también un efecto negativo sobre el tejido cardiaco. Someter al corazón a sucesivas cardioversiones provoca la muerte de células de miocardio lo que acaba causando un problema estructural que no existía previamente, lo que se suma a la patología electrofisiológica. Como las cardioversiones no se acompañan de un análisis de troponina ultrasensible antes y después de las mismas, no se puede saber qué grado de deterioro  se está causando a cada paciente. Puede que a algunos pacientes las cardioversiones les produzcan mayor efecto destruyendo más células que a otros y por tanto la reiteración de dicha técnica debería ser regulada según cada paciente. Esto es lo que yo creo, pero no soy médico y puede que me equivoque en este razonamiento.

 En conclusión, tendré que esperar a que la cardioversión tenga éxito, aunque en este caso la duración seguro que será menor de 10 meses. El problema es qué hacer luego, o qué hacer si la cardioversión falla, y ante esa pregunta la única respuesta que he obtenido es la misma: “ya veremos”.